Boda Griega

Mi gran boda griega

El estilo de una boda puede marcar la diferencia entre una boda tradicional y una boda original.

Si podemos entender que muchos novios apuestan por una boda de corte clásico, hay que pensar que muchos otros buscan que su celebración sea muy distinta y única.

Por boda tradicional se entiende la que llevamos en una iglesia ornamentada con flores y detalles elegantes, con una liturgia controlada y donde el lugar de celebración está creado ad hoc, es decir, hotel, finca, restaurante especializado en el tema bridal.

Este tipo de bodas, como si la hubiéramos realizado con una buena wedding planner, no deja nada a la improvisación, y todo está controlado. Sin duda, estas bodas son más relajadas dentro de lo que cabe para los novios y habitualmente salen perfectas.

Sin embargo, la originalidad de una boda improvisada, donde cada detalle es diferente, inventado por los novios y dirigido a sorprender a los invitados, suele dar como resultado una celebración divertida y única.

Hace poco estuve en una boda original, atípica y donde cada detalle sorprendía.

El lugar de la celebración era una bella finca a las afueras de la capital, con una preciosa imagen primaveral y arboledas, y aunque cuidadas a la par que desordenadas. Esto le daba a la boda un toque muy natural, que te hacía sentir de lo más cómodo.

Una sencilla liturgia, muy emotiva por la participación de amigos y familiar, y con el apoyo de un fondo musical con sentido. Sólo propio de la música elaborada en directo.

Con la sencillez que provoca un patio ajardinado, donde sus fuentes tenían arcos con enredaderas y madreselvas. El altar, por su parte, fue creado con flores de olivo y unas elegantes sillas vestidas de blanco. En la parte de atrás, las sillas tenían un precioso díptico ornamentado con una pluma de pájaro, para seguir la liturgia. En este precioso sitio estuve esperando junto al novio, por la novia, para empezar con la ceremonia.

altar

 

Por fin apareció la novia, con un impresionante vestido de tono blanco roto próximo al marfil. A él, le acompañaba un discreto velo con mucho bordado. Todo ello, hacía que la hermosa figura de la novia resaltara y pareciera flotar del brazo del elegante padrino, sobre un camino de hojas secas, muy acorde a una boda otoñal.

La novia, con unos preciosos pendientes de zafiros semilargos, combinados con los más selectos diamantes. Que con tan sólo mirarlos, te evocaban a esos diseños clásicos, propios de las joyas de calidad de toda la vida.  Junto a ellos, lucía un tocado de guirnaldas muy sencillo y elegante, el cual no distraía de la belleza natural de la novia, cuidadosamente maquillada.

novio-y-novia

Tras la breve y emotiva ceremonia, pasamos a un cocktail abundante, cuidado y muy rico pero, sobre todo, divertido. Este estaba amenizado por una banda de música, que de forma perfecta interpretaba música de los 80, con versiones de grupos míticos como Dire Strait.

Tras este cocktail, suficiente para saciar a los invitados más hambrientos. Pasamos a un bello salón de la casona Palacio de Aldovea. Para que os hagáis una idea de lo bello puedo deciros que tenía suelos de madera, techos altos y una decoración sobria, pero muy elegante. A lo que hay que añadir, mesas redondas con bellos detalles, que las  hacía más personal, ya que cada centro había sido creado por la novia.

En él, degustamos de una perfecta comida ligera y muy bien seleccionada, combinando mar y tierra, y una deliciosa cheesecake para finalizar.

Pese al constante cambio en el tiempo, lloviendo y escampado, esta boda estuvo muy bien pensada. Tenía alternativas basadas en una muy meditada improvisación, que mezclaba música en vivo latina, con una sesión de música electrónica. La puesta en escena con gogos fue magnífica, tanto que evocaba a las míticas salas de Ibiza.

jardin

Sin duda, esta boda tenía mucho de mi amiga cristina, autora del libro “Influencer”, y una blogger de tradición. Que ha madurado a base de esfuerzo hasta representar al grupo Marriot Ac hoteles y de mi amigo, casi hermano, Emilio con esa mezcla de bróker y mítico de las Ibiza sesions. Ya que las celebraciones originales, dan la oportunidad de impregnarlas de lo más íntimo y personal de cada novio.

¡Gracias mis niños! como diría el mítico Jos, por una boda tan especial, por dentro y por fuera. Sin duda alguna, esa era la boda que os merecíais, llena de sentimiento, original pero, sobre todo, auténtica como vosotros.

Y como se suele decir en las bodas tradicionales:

¡¡QUE VIVAN LOS NOVIOS!!

RM