Colgantes de cruces: el complemento de moda

Un colgante es una joya indispensable en el joyero de toda mujer, el complemento ideal para lucir un escote, o por el contrario para llevarlo con un cuello alto.

El colgante de diamantes es por definición aquella pieza de joyería que consta de un motivo central realizado con materiales nobles, como es el caso del oro de 18 quilates y el platino, y con uno o varios diamantes como piedra preciosa y, por otro lado, por una cadena que será del mismo material. De esta manera, se diferencia claramente del collar de diamantes, ya que en este caso, forma un cuerpo de cierre entre los motivos centrales y los motivos que sustituyen la cadena.

Los colgantes de diamantes se diferencian en dos grandes tipos según la cantidad de diamantes. Con una sola piedra preciosa que se denominarán solitarios, y por el contrario, encontramos los colgantes con varios diamantes de igual o diferente tamaño.

Aunque es cierto que los colgantes también se podrán diferenciar por el tipo de engaste, donde el más tradicional es el engaste en garras como podemos observar en el modelo Grace donde el diamante nos muestra toda su belleza y con su máximo brillo, ya que deja entrar la luz por cada una de las facetas de la piedra preciosa. Es un precioso diseño de colgante de tipo solitario de diamantes, pensado para el día a día, e incluso como elegante complemento de un look nupcial o de fiesta. Está realizado en Oro de Primera Ley y es perfecto para ser regalado en un cumpleaños o aniversario.

GRACE

Por otro lado encontramos los colgantes de diamantes en bisel, donde el diamante estará sujeto por un sutil y precioso bisel, aportando una mayor amplitud a la joya, y consiguiendo el efecto de que el diamante tiene un mayor tamaño. Como es el caso del colgante de diamantes Bisel, un sencillo y precioso colgante de oro de 18 quilates y que posee un espectacular diamante. Es la joya ideal para ser regalado en cualquier ocasión y llevar a diario, perfecta para todas aquellas mujeres que busquen un complemento sutil y elegante en su día a día.

BISEL

El engaste en paveé o también conocido como cuajado, nos permitirá presentar una amplia variedad de diseños originales, creando un manto de brillo como resultado de los más selectos diamantes, igualados en pureza, color y tallar, situados en la pieza de joyería con precisión y exactitud. Todo esto se puede observar en el colgante de diamantes Cuore, con un bello y romántico diseño de colgante, cuya comodidad hace que sea una joya perfecta para uso diario. Es una opción más que acertada como regalo de aniversario, cumpleaños o San Valentín.

CUORE

Y por último, el engaste en carril, y que se presentará cuando el diseño del colgante nos presente los diamantes uno tras otro de forma lineal o geométrica, sujetos dentro de un carril sutil y delicado, integrado en el modelo de la joya, haciendo que el brillo de cada diamante potencie el del siguiente.

Son muchos los colgantes que han pasado la historia, un claro ejemplo es el Diamante Hope o Diamante de la Esperanza, un diamante de color azul con peso superior a los 45 quilates.

ESPERANZA HOPE

Fue robado a un joyero francés llamado Jean Baptiste Tabernier en el año 1642, y desde entonces se ha visto envuelto en una legendaria maldición que perseguía a todo aquel que lo poseyera. El Diamante perteneció a la estatua de la diosa Deidad Sita, ubicada en la mina de Golconda Kollur, en la India. Después de ser robado, paso a manos de Luis XVI. Tabernier consiguió recuperarlo y al poco tiempo, durante su último viaje a la India, unos perros salvajes acabaron con su vida. Tras su muerte, fue heredado de nuevo por Luis XVI y la reina Maria Antonieta y durante su reinado, el diamante recibió el título real de Diamante azul de la Corona. Se buscó darle un aire más romántico para que fuera del gusto de la reina, por lo que el Diamante se convirtió en una piedra en forma de corazón.

Sin embargo, la maldición del Diamante Azul golpeó de nuevo. Luis XVI y su mujer, después de un inestable reinado, fueron decapitados durante la Revolución Francesa de 1789. En el proceso de la crisis política que asolaba a Francia en esos momentos, la joya fue depositada en las Reales Joyerías de Garde Meublè, donde fueron robadas en diversas ocasiones. Con el paso del tiempo consiguieron recuperar parte de las joyas, pero el ya famoso diamante estuvo desaparecido durante un tiempo.

En el año 1813 fue comprado por Henry Philip Hope, por el que adquirió su nombre definitivo. Desde su compra a Henry le sucedieron una seria de desgracias familiares y quiebras en sus negocios que le impidieron prosperar. A su muerte, fue heredado por su nieto Francisco Hope quién intento en numerosas ocasiones, obtener el permiso de corte para poder venderlo y no fue hasta 1901 cuando consiguió su solicitud de venta. Fue comprado por el príncipe ruso Kanitowski, quién tras conocer su legendaria maldición lo vendió, con la mayor rapidez posible al actor francés Laude Lorens, que fue matado a tiros en una representación, encima de un escenario.

El Diamante de la Esperanza seguía cumpliendo con su conocida historia, pues tanto un griego llamado Simon Montharides que murió con su familia al precipitarse su coche por un barranco, como el sultán turco Abdul Hamid que fue destronado al poco tiempo de adquirirlo, les acompaño la desgracia.

El joyero Pierre Cartier, en París, buscaba un comprador. Fue en 1911 cuando un matrimonio que estaba de vacaciones en la ciudad del Sena, se pusieron de acuerdo para comprarlo, y que tras escuchar la historia sobre su maldición decidieron que tratarían por todos los medios de convertirlo en la joya de buena suerte. Pero, de nuevo, la tragedia acompañaba a sus poseedores. El hijo del matrimonio murió extrañamente en un accidente de tráfico y su hija se suicidó de forma incomprensible. El marido acabó en un hospital psiquiátrico. Tras la muerte de Evalyn Ned, la mujer del matrimonio, el Diamante fue puesto a la venta y adquirido en 1949 por un joyero de Nueva York. El joyero, quizás afectado por la leyenda que lo acompañaba, decidió donar el diamante al Museo de Historia Natural de Smithsonian en Washington, su actual destino.

Se dice que la maldición del Diamante de la Esperanza es tan fuerte, que cuando fue entregado al museo en una caja por un cartero, éste tuvo algunas lesiones en la pierna tras ser atropellado por un camión, su esposa falleció de un paro cardíaco y su casa sufrió un incendio. A partir de entonces se ha vuelto legendario por la supuesta maldición que alcanza a sus poseedores. Desde el año 1959, es una de las joyas más visitadas en el museo.

Dentro de los colgantes, existe un tipo que tiene una gran importancia en el mundo de la joyería, las cruces de diamantes, el complemento de moda.

En la firma de joyería de Navas Joyeros encontrarás una amplia colección de colgantes de cruces de gran belleza y perfecto acabado, con diseños que van desde lo más clásico a lo más vanguardista, y con el mejor precio del mercado, perfectos para cada ocasión y para usar en el día a día.

Como es el caso de la cruz de diamantes Modelo Belleza, una preciosa cruz de oro blanco y diamantes, de delicado diseño, donde el gran protagonista es la belleza y el brillo de sus diamantes. Su elaboración es de excelente calidad, y es ideal para todas las ocasiones.

BELLEZA

Y el modelo Pasión de cruz de diamantes y Oro blanco de Primera Ley, es un elegante y bello diseño de colgante en forma de cruz, con preciosas gemas de alta calidad; perfectas para cualquier tipo de ocasión y evento por su cómodo tamaño.

PASIÓN