Qué debes saber del diamante antes de comprar el anillo de compromiso.

El anillo de compromiso es, en muchas ocasiones, la primera joya importante que vamos a regalar, y cuando decimos importante nos referimos tanto a su valor como a los materiales y diamante o gemas preciosas de los que está hecho. Por lo tanto, nuestra experiencia suele ser poca cuando llega ese momento, y la tarea de elegir el anillo de compromiso adecuado puede ser muy complicada.

Si tienes la intención de adquirir un anillo de compromiso de corte tradicional como es el solitario de diamantes, al menos tendremos que saber algo sobre esta piedra preciosa, ya que se trata de la parte más valiosa y fundamental de la joya. Si bien es cierto que en nuestra firma el asesoramiento del cliente por parte de nuestro equipo de profesionales es gratuito y sin compromiso de venta, sí que es bueno que nuestra clientela tenga ciertas nociones que le ayuden en su elección. Por ello, os facilitamos una serie de parámetros que nos ayudarán a conocer mejor el diamante y así saber cuál queremos que forme parte de nuestro anillo de compromiso.

Primero, a título informativo, indicar que el término correcto con el que nos tenemos que referir a esta gema preciosa es diamante, y no brillante, que es tan solo uno de los tipos de talla en los que puede presentarse. El diamante, del término griego, además significa incorruptible, debido a su gran dureza, ya que es carbono puro cristalizado bajo elevadas presiones y temperaturas.

El diamante basa su valor en cuatro características llamadas 4C’s, porque en inglés todas empiezan por esta letra: color, carat (peso), cut y clarity. Su combinación es la que determina la categoría y el precio del diamante, suponiendo alrededor del 78% del valor de la joya.

Si partimos del color, quizás la característica más fácilmente apreciable por un ojo inexperto, el diamante es mejor cuanto menos tono amarillo posea, es decir, se premia la ausencia de color. El color de los diamantes se mide en una escala denominada Cape, y que va de los mejores DEF rivera a los peores RS yellow. La gran dificultad está en poder determinar a ojo y sin experiencia el color de nuestro diamante, ya que las condiciones exigidas por los principales laboratorios gemológicos internacionales son:

– Que el diamante no esté montado en una joya

– Que el diamante esté limpio y bajo una iluminación correcta como es la luz fría o del norte, la clásica de las lámparas de tubos de iluminación.

– Y la necesaria comparación de nuestro diamante con otros de los que conocemos su color, que en francés son llamados  pierres echantillon o piedras de comparación.

color del diamante

Ante esta dificultad evidente y nuestra falta de experiencia, te recomendamos desde el diamante de tipo Top Crystal hacia los River. De esta forma nuestro diamante tendrá un color adecuado, donde no apreciaremos tonalidad alguna, y que irá mejorando según subamos en la clasificación, eso sí, lógicamente a base de pagar un precio más elevado.

En cuanto a la pureza, que es el otro parámetro más conocido para determinar el valor del diamante, al igual que ocurre con el color se valora la ausencia de imperfecciones en su interior, ya que estas reducen la capacidad de brillo. Estas imperfecciones, normalmente carbono sin cristalizar, otros minerales, fracturas internas, etc., se llaman inclusiones, y por su tamaño y situación en la piedra marcan su posición en una escala. Esta escala empieza en las gemas mejores o puras, llamadas IF o Loupe Clean, y termina en las Piquees repletas de imperfecciones.

Al igual que con el color, es difícil determinar la pureza del diamante porque debe estar limpio, desmontado y observado bajo los aumentos del microscopio y la lupa triplet, recomendablemente bajo una mirada experta. Por ello, aquí también nos atrevemos a recomendar que del tipo Si2 hacia arriba el diamante tendrá el brillo garantizado, e irá mejorando según vayamos a las categorías superiores.

pureza del diamante

Por otro lado la talla, que tiene dos vertientes. La más conocida, que es la forma exterior en la que se presenta el diamante, y el grado de calidad que presenta la gema tras su proceso de tallaje. La primera es fruto de la forma inicial del diamante en bruto, es decir, recién extraído de la mina, ya que el hecho de que tenga una forma u otra lo marcará el tallador observando y determinando cuál de ellas supone la menor pérdida de materia prima o diamante Así, el diamante puede ser de talla brillante, la más conocida, princesa, corazón, oval, marquise o esmeralda, entre otras. El hecho de que el diamante tenga una talla u otra en principio no es determinante para su precio final, y vendrá definido por las tendencias y modas vigentes.

La importancia de la talla en cuanto al brillo y vida de nuestro diamante reside en la calidad del trabajo de los expertos talladores, que como verdaderos artesanos y de forma manual van dando forma a cada una de las caras o facetas, situándolas de forma precisa, simétrica y perfecta, una a una, tanto la parte superior o corona como la inferior o pabellón, hasta lograr las 56 facetas de la talla brillante, por ejemplo. Como calificar la calidad del proceso de tallaje es casi imposible para un neófito en el mundo de los diamantes, te recomendamos como referencia de partida un mínimo en el grado de calificación de good-good, que es el utilizado por la firma Navas Joyeros como límite de referencia para la aceptación de los diamantes en el montaje de sus joyas.

talla del diamante

Por último analizamos el peso, que marca el tamaño del diamante y se mide en quilates como unidad de medida, siendo la equivalencia de un quilate un quinto de gramo. En los tamaños del diamante, y más si se trata de un solitario clásico, el mínimo suele ser de medio quilate, y a partir de ahí podemos ir incrementando el tamaño del diamante que formará nuestro anillo de compromiso para dotarle de más presencia y valor.

En definitiva, a la hora de adquirir nuestro anillo de compromiso, y más aún si se trata de un anillo con un diamante como gema única o predominante, tendremos que tener en cuenta sus cuatro características para poder adaptarlo correctamente a nuestros gustos y necesidades. Ahora tenemos por lo menos una orientación e información clara sobre estas características y su vinculación.