Novios uniendo sus manos con anillos de boda, simbolizando su unión y el inicio de una vida juntos.

3 ideas para bodas sencillas e inolvidables

El sector de las bodas y los grandes eventos está en pleno auge en España. En el caso concreto de las bodas, incluso hay ferias, exposiciones y congresos donde se dan cita centenares de empresas, y sirve como espacio para generar redes de contacto o para que las parejas anoten posibles planes para su gran día. Este sector ofrece trabajo para empresas de catering, alquiler de espacios, fotógrafos, decoradores, floristas, músicos y muchos otros profesionales. Sin embargo, muchas parejas ya recelan de estos eventos nupciales tan grandes, de ahí que busquen con más frecuencia ideas para bodas sencillas.

En Navas Joyeros, dada nuestra cercanía con esta industria, que puedes comprobar en nuestro artículo sobre rituales para ceremonias, te mostramos cómo hacer una boda sencilla que sea igualmente emotiva. La ventaja de un plan de este tipo es que, probablemente, el evento resultará mucho más económico, pero no restará ningún gramo de felicidad, de diversión y de reencuentro con familiares y seres queridos.

Uno de estos rituales poco conocidos es la ceremonia de los anillos, que consiste en que los invitados los bendigan y transmitan buena aura. Si la boda es sencilla, que muchas veces es sinónimo de contar con pocos asistentes, ese momento de transmitir los buenos deseos a las alianzas de boda cobra mucho más sentido, gana más emotividad. No se ve simplemente como un trámite, sino como un acto de amor y cariño sincero. Cabe decir, además, que las alianzas en esta tradición tienen mucho más protagonismo que en las bodas más multitudinarias.

Índice

Un espacio agradable y al aire libre para la ceremonia

La sencillez en una boda no solo va ligada al número de asistentes o a lo encorsetada que está toda la organización, sino que guarda mucha relación con el tipo de ceremonia y el carácter desenfadado en toda la jornada.

Así, para que una boda sea más sencilla, pero inolvidable, debemos buscar testigos, familiares o amigos que cuenten anécdotas divertidas en sus discursos, pero en su justa medida, y que hagan partícipes de esos mensajes a todos los invitados, no solo a los novios.

En cuanto al lugar de celebración, lo más recomendable es optar por un espacio natural, al aire libre, lo que nos lleva a épocas del año con buen tiempo, primavera y principio del otoño. Si prefieres un lugar cerrado, puedes decantarte por un pequeño salón en un restaurante en el que haya suficiente espacio para que los invitados se sientan cómodos.

Todo un fin de semana de boda

Puede parecer un poco incongruente querer organizar una boda sencilla y al mismo tiempo planificar una celebración que dure todo un fin de semana. Pero en realidad no lo es, porque la idea no es preparar un evento multitudinario con todo detallado al máximo, sino proponer a los invitados una actividad diferente.

Puedes alquilar una pequeña casa rural en la que haya alojamiento solo para poco más de una decena de personas, las más allegadas, y que ellas sean las que ayuden a preparar la boda. El resto de invitados, tantos como quieran acercarse hasta este lugar, podrán hacerlo, pero a sabiendas de que no podrán quedarse en la vivienda.

Y en cuanto al plan, pues una gran comilona para varias decenas de invitados y que las personas que vayan llegando a la boda también aporten lo que deseen, sin sentirse obligadas a ello. Así, el resto de comida y bebida que sobre podrá ser consumida al siguiente día, con más intimidad.

Este plan tiene cierto parecido con una práctica cada vez más habitual en los eventos nupciales, la de la preboda, pero con un carácter mucho más natural y desenfadado. Así, las prebodas consisten en un encuentro entre las personas más allegadas que pueden compartir tiempo de calidad con los novios.

En nuestra propuesta, la dinámica es un poco diferente, pues muchos invitados tienen mayor grado de libertad para asistir a la boda, mientras que los más cercanos sí se sienten más protagonistas.

Preparar una boda más familiar

La tercera idea es la más económica, pero no por ello la menos emotiva. Está pensada especialmente para las parejas que no quieren un banquete por todo lo grande ni mucho alarde u ostentación. Para ellos, casarse es solo un paso más en su relación que no va a cambiar nada en lo sentimental, aunque sí va a hacerlo en materia legal.

Esta propuesta sigue un esquema con ciertas similitudes a los planes anteriores, pero aún con menos participantes. Dan lugar a bodas sencillas, pero bonitas. En ellas, los invitados solo son los familiares más directos, y el plan es simplemente invitarlos a comer tras dar el sí quiero. Estas celebraciones encajan mejor dentro de las ceremonias civiles, pues además son las más sencillas de mantener en secreto.

Estas ideas para bodas sencillas demuestran que es perfectamente posible organizar un evento de este tipo sin ajustarse a los protocolos más populares. Al final, lo más importante en una boda es que los novios e invitados celebren el amor, y para ello no siempre hay que complicarse en exceso para la organización.