Las facetas de los diamantes

Los diamantes son una de las gemas preciosas naturales más apreciadas en el mundo de la joyería y componente fundamental de las joyas más deseadas.

Las razones son varias y van desde su extraordinario brillo, pasando por su excepcional belleza y no podemos olvidarnos de su gran dureza, lo que lo convierte en un elemento que nos acompañará toda la vida.

Es por ello, que el diamante es el principal protagonista de anillos de compromiso y de las más relevantes piezas de alta joyería.

Pero una cosa está clara, y es que el principal atractivo de un diamante es su brillo. Este se consigue por la refracción interior de la luz que penetra en la gema.
La especial naturaleza del diamante, que no es otra que el carbono puro cristalizado y su singular índice de refracción, lo sitúan a la cabeza de las piedras preciosas naturales en cuanto a brillo se refiere.

Pero exactamente, ¿sabes en qué consiste el tallaje de los diamantes?

Este es un arduo proceso que se inicia con el estudio del diamante en origen o bruto, tan sólo levemente limpio desde su extracción en la mina.
De este estudio se deriva el futuro de la forma externa del diamante tallado. De ahí se pasa al centro de tallado, donde el diamante, inmovilizado en un fuste o brazo de sujeción, se enfrenta a unos discos de tallado, unos rotores de alta velocidad con polvo de diamante en su extremo.

Con estos elementos el experto tallador, va facetando el diamante como si de un escultor se tratase, dando no sólo la forma exterior de la gema, sino cada una de las caras donde la luz se refleja. Estas son las denominadas facetas del diamante.

Cada faceta está perfectamente realizada, situada y esculpida para que en una perfecta simetría y proporción refleje la mayor cantidad de luz y produzca el máximo brillo.

Hay que pensar que todos los diamantes tienen el mismo número de facetas según la forma de talla y con independencia de su tamaño, debiendo el tallador esculpirlas una a una.
En la forma de talla más habitual, la talla brillante, el número de facetas es de 56. Se reparten entre la parte superior o corona, siendo la de mayor tamaño la denominada tabla. La parte inferior, denominada pabellón, donde la punta o cima de este se llama culata, es considerada por los puristas la faceta 57.

El anillo de compromiso con diamante central

Un ejemplo del anillo de compromiso perfecto en donde un diamante talla brillante corona la pieza es el solitario de diamantes Palermo.
Un precioso solitario con diamantes laterales acompañando de forma ideal un diamante central talla brillante, que resalta por su excepcional brillo.
Un anillo de compromiso con un diseño moderno, elegante y perfecto para sellar la perfecta promesa de amor.

De esta forma, podemos entender que la talla es la más importante de las características del diamante, ya que gracias a las facetas, el diamante brilla y consigue su máxima belleza.

Por ello, la labor y el buen saber hacer del tallador, es fundamental para que podamos lucir un precioso diamante tallado en nuestro anillo de compromiso o en nuestros pendientes de novia.

El facetado o realización de facetas para garantizar el brillo del diamante es un proceso complejo, largo y que requiere una precisión milimétrica reservada sólo a los más experimentados profesionales del tallado.

Esperamos que estas pequeñas anotaciones sobre el proceso del tallado del diamante, hayan arrojado algo de luz a este complejo proceso que logra que podamos lucir nuestra joya de diamantes más espectacular.